Redes Sociales

siguenos en Google+ siguenos en TwitterSígueme en LikedinSígueme en Pinterestsígueme en Bloggersígueme en Blogger sígueme por Correo sígueme en Slidesharesígueme en Vimeosígueme en Yahoo! sígueme en StumbleUponsígueme en Livejournal!sígueme en Skyrock!siguenos en facebooksígueme en PicasaCanal de youtube

 
 

lunes, 28 de septiembre de 2009

REVOLUCION DEL CONOCIMIENTO

En estos días se han publicado muchos análisis sobre el desarrollo y los cambios que experimentó el mundo en estos últimos cien años. Han sido cien años vertiginosos, de avances importantes en el ámbito científico y tecnológico así como en el campo social y político, pero también con las guerras y conflictos más sangrientos y crueles que conociera la historia de la humanidad. Como consecuencia de estos avances y conflictos, se produjeron cambios relevantes en las relaciones entre los diversos actores de la matriz social, política y económica. En el ámbito de los países, se produce durante el último siglo un nuevo reordenamiento a nivel mundial, con el surgimiento de una nueva potencia en los Estados Unidos de Norteamérica, y el perfilamiento, en la última mitad del siglo, de tres bloques económicos en el Asia, Europa y América. Surge una nueva relación entre las empresas y sus trabajadores. El valor del trabajo adquiere cada vez mayor peso relativo frente al capital, a la vez que se tecnifica a niveles nunca antes pensado. Se observa una migración importante de trabajadores del campo a la ciudad, y desde labores manuales a empresas de servicio. Las relaciones entre productores y consumidores también sufren cambios, existiendo una verdadera revolución en la comercialización de los productos de consumo masivo. No cabe duda que el mundo de fines del Siglo XX es un mundo muy diferente al mundo de comienzos de siglo, no sólo porque es un mundo más tecnificado y con mayor riqueza, sino porque esencialmente se han producido cambios importantes en las relaciones de la matriz social, política y económica.
Este análisis nos invita a hacernos muchas preguntas sobre el futuro, especialmente, cómo el desarrollo del mundo afectará a nuestro país, y más específicamente a personas, con nombre y apellidos, con familias y obligaciones. El gran pensador japonés Taichi Sakaiya, en su libro "Historia del Futuro, La Sociedad del Conocimiento", hace una proyección del futuro a partir de un análisis de la historia del hombre. Sin pretender emular a Sakaiya, me interesa analizar algunos cambios que ocurrirán en el futuro próximo y que tendrán un impacto en las relaciones entre los diversos actores de la sociedad chilena, las empresas, sus trabajadores, y muy específicamente en las personas. Los avances tecnológicos en las comunicaciones y la informática serán tal vez los elementos que gatillarán la revolución del conocimiento, así como la máquina a vapor y el ferrocarril gatillaron la revolución industrial. Vemos, por ejemplo, como en proyectos de inversión en Chile, ya es posible trabajar en forma integrada en proyectos de ingeniería que se desarrollan simultáneamente en diversos países: Chile, Estados Unidos y Australia. No es posible distinguir en el producto final el origen de la ingeniería. De la misma forma, vemos como se ha desarrollado con fuerza en los últimos años el comercio a través de la Internet. Se han creado verdaderos malls virtuales, donde se puede comprar desde automóviles hasta productos para el hogar sin tener que moverse desde la casa o la oficina, con la gran ventaja para el consumidor de tener muchas más opciones donde elegir. Desde ya, ahora es posible elegir no sólo entre los productos que ofrecen las tiendas del barrio en que uno vive, sino que entre proveedores de diversos países del mundo. Podemos comprar libros, hacer inversiones, comprar camisas, teniendo acceso a muchos proveedores que comercian sus productos en Internet. Por otro lado, para el proveedor, al igual que en el caso de los proyectos de ingeniería, él ahora puede ofrecer sus productos más allá del área geográfica en que está inserto. Por ejemplo, Amazon.com, empresa que vende libros a través de Internet, hoy día puede ofrecer sus productos en muchos países y a millones de usuarios, a diferencia de quienes venden libros en un recinto o "librería".
Como lo señala Peter Drucker, "la Internet está cambiando radicalmente las economías, los mercados y la estructura de la industria; los productos y servicios; la segmentación de los consumidores; sus valores y comportamiento de compra; los puestos de trabajo y los mercados laborales. Pero el impacto podría aún ser mayor en la sociedad, en la política y, sobre todo, en la manera en que vemos el mundo y nos vemos a nosotros mismos".
Por de pronto, se puede inferir de los ejemplos señalados anteriormente que, para las empresas chilenas, se presenta un mundo de desafíos y oportunidades. Desafíos porque de alguna forma, se han eliminado las barreras geográficas. Las empresas chilenas, ya sean de servicios, manufactureras, de comercio, tienen que ser competitivas a niveles internacionales. De lo contrario, y retomando el ejemplo de los proyectos de ingeniería, éstos terminarán haciéndose en su mayoría en aquellos lugares donde se puedan hacer en forma más eficiente. De la misma forma, los consumidores elegirán aquellos productos que les sean más atractivos para sus intereses, independientemente de donde esté el proveedor. Pero también existirán oportunidades. No existe razón alguna para que no sean las empresas chilenas las que provean la ingeniería de proyectos en otros países del mundo, especialmente en aquellas áreas donde deberíamos tener ventajas comparativas, como la minería, la celulosa, la industria forestal, la industria pesquera, etc. Los productos chilenos también podrán tener acceso a un mayor número de consumidores en la medida que sean competitivos. Baste pensar, por ejemplo, ¿cómo podría el comercio por Internet afectar la comercialización del vino chileno?. Surgirán también nuevos servicios y productos, probablemente no relacionados ni con la informática, las comunicaciones o la Internet, abriendo un sinnúmero de oportunidades a las empresas chilenas.
Para las personas en Chile, habrá también desafíos y oportunidades. Los desafíos estarán dados principalmente por ser capaces de integrarse a la revolución del conocimiento. Por ejemplo, ya no bastará con ser competitivos como profesionales en el ámbito de una empresa o de una ciudad. Deberemos ser competitivos a nivel global, o puesto de otra forma, tendremos el permanente desafío de la excelencia en todo lo que hacemos. Las empresas, para sobrevivir, tendrán que captar y retener a los mejores profesionales y técnicos, creándose cambios importantes en el mercado laboral. Las oportunidades estarán dadas primordialmente por el acceso a un mercado mucho más diverso, más competitivo y más eficiente. Tomando nuevamente a los profesionales y técnicos como ejemplo, esto se traducirá en trabajos más interesantes, más diversos y mejor remunerados.
En el aspecto político y de gobierno, la revolución del conocimiento puede ser un elemento crucial para introducir cambios en las relaciones entre los gobernantes y gobernados. El primer gran cambio será el acceso más fácil e inmediato a la información, lo que permitirá a los gobernados ejercer de mejor forma sus derechos ciudadanos. Un segundo aspecto, y no menos importante, será la velocidad con que los gobernados puedan expresar sus opiniones frente a determinados temas y problemas, lo que podrá traducirse en la búsqueda de soluciones más rápidas a los mismos. Por último, a través de programas interactivos, se pueden abrir espacios para una mayor participación de las personas en la conducción del gobierno y en la solución de sus problemas.
La revolución del conocimiento es ya una realidad en el mundo de hoy. Se puede estar incorporado a ella y tener acceso al sinnúmero de oportunidades que esto conlleva, o se puede estar marginado de ella y quedarse sólo con los aspectos negativos. Como país, estamos muy bien posicionados en algunas áreas para incorporarnos a la revolución del conocimiento, y, desafortunadamente, muy débilmente en otras. La empresa chilena en general ha mostrado dinamismo y creatividad, lo que nos indica que no debería tener problemas para incorporarse a este proceso, sin desconocer que la mediana y por sobretodo la pequeña empresa requerirán de mayor apoyo tecnológico para alcanzar esta meta. En cuanto al Estado y el Gobierno, no existe ninguna razón para que no se implemente la modernización que tanto se ha anunciado. Esta modernización necesariamente tendrá que incorporar los conceptos que aquí se han planteado.
En cuanto a las personas, es aquí donde está el mayor desafío para el país. Existe desafortunadamente una discriminación dada por la naturaleza de la revolución del conocimiento. Existirán aquellos que podrán, dado su nivel educacional, incorporarse a ella, ya sea porque tienen las capacidades para estar a un nivel competitivo global, o porque tienen la preparación educacional necesaria para capacitarse y llegar a ese nivel. Desgraciadamente existe un grupo importante de chilenos que no correrán la misma suerte. Son aquellos que no tienen los niveles educacionales adecuados, o no están preparados para este cambio. Mientras la mayoría de los chilenos no esté en condiciones de incorporarse a este proceso, tendremos una debilidad mayor que afectará al país, a las empresas y al Estado. Por esto, el desafío estratégico más importante para Chile en los próximos años será el de la educación. No resulta extraño por lo tanto, que en un estudio que hizo el Instituto de Ingenieros hace cuatro años, se concluyera que de las diez medidas más importantes para aumentar la creatividad, la calidad y la competitividad del país, seis estuvieran relacionadas con el factor humano y cuatro con la investigación y el desarrollo.

Ronald Ramirez Olano

No hay comentarios:

Publicar un comentario